Os presentamos el váter seco que llevamos utilizando las últimas semanas.  Lo hemos realizado motivados por la llegada de nuestro magnífico wwoofer italiano Dario y por la necesidad de dar un respiro y no colmatar nuestro filtro verde provisional durante los meses de más frío, ya que En invierno con el descenso de las temperaturas la descomposición microbiana disminuye.

Para su construcción aprovechamos un mueble viejo que encontramos abandonado y compramos la tapa de madera y unos cuantos cubos de plástico con tapa.

Como podéis ver en la foto junto al váter seco hicimos otro hueco para un cubo donde guardamos el serrín que usamos para cubrir las heces.

Para quién no esté familiarizado con el concepto del váter seco, consiste en lo siguiente: es una taza de váter en la que en lugar de evacuar el producto final de nuestra digestión con agua, está se deposita en una pila de compost o en un cubo como es nuestro caso y se cubre con serrín, evitando así los posibles olores. Una vez que el cubo está lleno se lleva a una pila de compost especial que construimos y se cubre con paja.

Nuestras sensaciones después de usarlo durante las últimas semanas son que la experiencia es la misma que en el retrete convencional, se hace raro no tirar de la cadena, no hemos tenido problemas de olor y de algún modo es gratificante pensar que cada vez que vamos al baño estamos contribuyendo a obtener compost y no estamos ensuciando ni malgastando un valioso recurso como es el agua potable.

agujero-vater-seco

En el futuro estamos planeando finalizar la construcción de un váter seco en el que no haya que utilizar cubo, sino que todo se recoja en una cámara inferior de compostaje y mucho más a largo plazo cuando el dinero no sea un limitante tenemos planeado construir unas lagunas de fitodepuración al norte de la casa.  De ese modo estaríamos siguiendo el principio de permacultura una función cubierta por muchos elementos diversos.

Privacy Preference Center